25.7.14

La vanidad y la masacre


Son unos nike. El modelo que salió el año pasado. Ninguno de ellos se podría dar el lujo de comprárselos, por eso la única posibilidad que les queda, si es que quieren tener unos así algún día, es robarlos. Y justamente eso es lo que están haciendo. Los zapatos serán talla cuarenta y uno, cuarenta y dos a lo máximo. Rápidamente los desatan, mientras uno o dos de ellos filman con su teléfono celular. Las armas colgadas al hombro. El grupo de hombres alrededor del cadáver recuerdan a un grupo de zopilotes o hienas o cualquier otro animal carroñero. Si ya le van a robar los zapatos al muerto, ¿por qué no robarle más? Comienzan a esculcar el cuerpo hinchado sin ningún asco, le vacían los bolsillos, le sacan la billetera, le quitan la chamarra. Se toman selfies dónde muestran la billetera abierta del pobre hombre. No se sabe quién fue, ellos conocen el nombre (este puede ser árabe, ucraniano, ruso, con los sucesos actuales hay mucho material de dónde escoger), pero no se sabe, a ciencia cierta, quién fue ese hombre que yace en el lodo con un balazo en el estómago y otro en la sien. ¿Qué hizo? ¿Quién fue en vida? ¿Qué lo caracterizó mientras vivió? Ahora solo lo caracterizan sus tenis nike que, dicho sea de paso, provocarán rencillas entre los zopilotes. La billetera tiene una foto donde el hombre posa con una mujer, abrazándola, y rodeados de tres niños, un varoncito de aproximadamente dos años y dos niñas, cuatro y siete años, quizás. 
Esa foto será ultrajada una y otra vez al ser publicada una y otra vez en facebook. “Aquí de compras.” “Igual, si ya no la necesita.” “konsigiendo nuebas kozaz.” El trofeo presentado por cada uno de los hombres de aquel grupo a través de selfies que no se tardarán en subir a internet. 

Después del armonioso saqueo y del alarde en internet, vendrán las rencillas para decidir quién se queda con que parte del botín. Para su mala suerte, cuatro hombres calzan talla cuarenta y uno y todos desean lucir unos tenis nike, para presumirlos en las calles llenas de escombros de aquella ciudad destruida por el conflicto bélico. 
Uno de esos hombres, el menos elocuente, no se sabrá ayudar en su argumentación de por qué él se merece los nike y comenzará a soltar puñetazos a cuantos pueda. Los demás, los patas grandes verán divertidos como sus compañeros de lucha se enfrascan en una batalla campal. El premio mayor: unos tenis nike robados de un muerto.
Sacarán sus teléfonos celulares de nueva cuenta para videograbar tan entretenida pelea. 
Hoy en día, eso todos lo sabemos, si no hay imágenes que demuestren los sucesos, estos prácticamente no sucedieron.

Se observa un campo algo abierto a las afueras de la ciudad (del lado derecho del cuadro, a unos quinientos metros comienzan los derruidos edificios), el camarógrafo, intentando mantener centrados a los protagonistas de la pelea, maneja el zoom de manera brusca, achica y agranda la perspectiva intentando mantener a todo el grupo de rijosos en cuadro. El que comenzó la pelea está ahora en el suelo, los demás alrededor suyo propinándole de patadas. El camarógrafo abre la toma lo más que le permite su teléfono, únicamente por eso se puede observar la estela proveniente de un edificio a las afueras de la ciudad. El objeto se acerca rápidamente, directamente. Los nike importan un carajo. El objeto hace contacto, una bola amarilla de fuego se percibe y después nada.

En twitter, una adolescente que, se puede decir pertenece al bando contrario, sube fotos una y otra vez, en bikini, en ropa de fiesta, mostrando escote y mandando besos. “Ojalá y mueran todas esas bestias malditas que han robando y profanando a nuestros difuntos. ¡Qué mueran! Los odio a todos” Cabello castaño, bikini azul, gran escote, mandando un beso a la cámara. No me fijé en el color de ojos.

30.5.14

¡Despierta que se va el tren!


Tuvo que salir por patas. El despertador no sonó. Mejor dicho, el despertador ya había sonado tres horas antes. Se levantó como un resorte. “No no no” pensó. Únicamente “no”. Una y otra vez. El plan que desde hacía tanto tiempo había construido comenzaba hoy. No se va a arruinar por una trasnochada que terminó en la mañana. “No, no, no.” El desayuno no existió, no había espacio ni tiempo para él. Si lo hubiera habido, el café hubiera salido volando por los aires por las prisas. La lengua se hubiera quemado por el intento de tomarlo a las carreras. Por eso ni lo hubo, había que concentrarse en lo primordial. Lo que había que organizar, ya estaba organizado. Únicamente había que seguir el plan, la lista. Fue algo que le resultó sencillo, aún en ese estado, desvelado y con resaca. “No no no” Una y otra vez. “Hoy de que me voy me voy, vale madres cómo.” En menos de veinte minutos tenía la maleta lista y estaba dispuesto a partir a ese viaje que había planeado con tanta antelación. Ver otras cosas, oler otros aires, buscar nuevas musas. Ampliar su mente y su horizonte. Viéndolo así, el viaje que comenzó hoy se ve prometedor: Si comenzó emocionante, emocionante será.

19.3.14

Terrateniente


Ahora tiene muchos amigos. Está solo en su habitación, como siempre. Pero ahora tiene muchos amigos. Nunca los ha conocido, y es de dudar que los vaya a conocer. ¡Pero tiene muchos amigos! En su pantalla aparece un número que va en aumento. Ya llegó hace tiempo a las tres cifras, y espera que pronto alcance los cuatro dígitos. Son más a cada hora. Se intercambian favores. Ese es el propósito de estas amistades, no hay nada gratis. Si tú me haces un favor yo te lo devuelvo. En seguida. Pero de a gratis nada, así no funcionan estas amistades. Si te guardas tus premios, tus regalías, o tus bonos o como quieras llamarle, bien por ti. Pero entonces no me sirves.

Está dispuesto a sacrificar su tiempo con tal de ayudar a sus amigos, si es necesario estará veinte minutos más ocupándose de las necesidades de sus amigos. Echándoles la mano, si les hace falta dinero o comida, puntos extra, lo que sea. Los veinte minutos se convertirán en algún momento en una hora. 
Ya ha alcanzado los cuatro dígitos. De la nada personas lo han comenzado a buscar, se comunican con él, le piden favores. Son cada vez más, él les dice que nada es gratis, que esos favores en algún momento deberán ser devueltos. Efectivamente muchos de aquellos que pidieron su ayuda le devuelven el favor. 
Se cree un benefactor. Le gusta imaginarse que con los “obsequios” que les hace a sus amigos está dándoles beneficios.

Su madre lo llama a comer, apenas ha regresado de la escuela y se ha sentado frente a la computadora. Tenía que revisar los avances que ha habido. ¿Quién me está pidiendo algo? ¿quién devolvió algún favor? Nadie.
La madre lo llama de nuevo: Ya deja esa computadora y vente a comer, que se va a enfriar. 
¡Ahorita!, responde, y nada más.
¿Qué carajos está pasando? Se pregunta, ¿por qué nadie ha dejado algo? Pinche bola de mugrosos malagradecidos. Me la van a pagar cabrones. Escribe: 

¿Qué pedo con ustedes bola de malagradecidos? ¿Creen que el apoyo que les di fue de a gratis? Van a ver culeros, me voy a encargar de que sus ranchos ardan y que pierdan todo lo que tienen. Voy a matar a sus animales uno a uno y me voy a adueñar de sus cosechas pinches perros mugrosos.
Recuerden nada es de a gratis.
Atte.  Santiago “el pollo” 


Horas antes había aparecido una notificación en Facebook. Por una causa ajena a nosotros la aplicación Farmville está experimentando problemas y se encuentra fuera de servicio.

22.1.14

Desahogarme


A lo largo del año pasado me fui preocupando cada vez más porque según transcurría el año, escribía en este blog cada vez menos. Pensé que tal vez debía cambiar mi estrategia de escritura, que debería de intentar redactar de forma más ligera, más fácil de digerir. Pensé que tal vez mi error es escribir con consciencia, intentar dejar siempre algo más después de la historia. Algo para reflexionar ¿tal vez? Simplemente no quiero caer en lo superfluo, eso es.

La verdad da igual si escribo más, o menos. De eso no vivo, estamos hablando que es mi pasatiempo, una pasión. Tal vez eso es lo más doloroso, que mientras menos escriba menos me divierto. 
Lo bonito de esto es que no se trata únicamente de una diversión, sino también de una terapia. Creando algo ficticio puedo desahogarme y deshacerme de fantasmas que me persiguen. Pienso que el año que terminó tuve que luchar con muchos de esos fantasmas. Con incertidumbre, con la soledad de vivir en un país que no es el propio, con las carencias tanto económicas como afectivas que de la migración resultan. Pero también el darte cuenta que aquel país que dejaste ya no existe.

Al escribir estas líneas no me pesan los aspectos personales, bien que mal mi situación ha cambiado para bien. Lo que no me deja tranquilo son todas esos sucesos de los que me entero a la distancia y únicamente en fragmentos. Soy mexicano y en ese país crecí. Es frustrante darse cuenta que el país está entrando en una guerra civil, no se puede decir de otra forma. Los últimos hechos no se pueden calificar de otra forma. El pueblo se ha armado en diferentes partes del país y detienen o expulsan a policías y soldados. La guerra contra el narco es aparte, pero el hecho de que el pueblo le haya perdido el respeto a las instituciones de tal forma que llegan a correr convoyes militares de sus comunidades es sorprendente y espeluznante al mismo tiempo. Espeluznante porque ha sido demasiado lo que esas comunidades han tenido que pasar como para llegar al extremo de armarse y luchar no únicamente contra los narcos sino que también para pasarse a las instituciones por los huevos. Y lejos de que la ciudadanía en general repruebe o muestre preocupación por estos avances, lo aprueba. En las redes sociales la voz popular aclama un ¡Bravo! ¡Bien hecho! ¡Ya era hora! Y es que el país está secuestrado. En todos lados se escuchan denuncias o advertencias sobre los nuevos métodos que ahora aplican los delincuentes para robar o extorsionar. Los ejecutados aparecen en todo el territorio. Y el gobierno no gobierna, únicamente se abastece a costa de los mexicanos, ellos y sus compadres.

Las autodefensas en Michoacán no se van a echar para atrás, no pueden. Si lo hacen esa bestia de podredumbre y corrupción que es el gobierno acabará con ellos. La pregunta es ¿que pasará en el resto del territorio? ¿Se contagiará así como se contagió en el 2012 de la fiebre del #yosoy132? Aunque queda claro que son dos aspectos totalmente distintos, aquellos soñaban con la vía pacífica y estos se defienden del fuego con fuego. Obvio que si ya no tienes que perder pelearás con todo. Si los narcos se llevan a tu hija y te la devuelven apenas cuando está embarazada, ¿te quedarías con los brazos cruzados? 
Simplemente al pensar en ese tipo de sucesos me preguntó ¿qué chingados voy a estar escribiendo “ficciones” ignorando lo que pasa en mi país? 
No sé, tenía que desahogarme. Este texto fue otra terapia, pero tan dolorosa, que me ahorré la diversión de crear una historia alrededor.