19.3.10

Da merkst du, dass du noch lebst

“Da merkst du, dass du noch lebst” Eso menciona un amigo, cada vez que alguien le dice que anda jodido. Jodido puede ser muchas cosas. Puede ser simplemente porque te tienes que levantar de madrugada para ir a trabajar a una fábrica, porque el dinero anda escaseando. También puede ser porque los estudios no andan avanzando como uno lo desea. O porque te rompieron el corazón, o en su defecto, la nariz. Da merkst du, dass du noch lebst: En esos momentos te das cuenta de que todavía vives. Es extraño, muchos aceptan que en momentos de tristeza es en los que uno siente con más intensidad la vida. Y la vida es rigor. En esos momentos en los que la vida te deja caer toda su furia, su rigor y fuerza. En esos en los que nuestro ego exagerado se minimiza por la vulnerabilidad innegable que nos caracteriza. No únicamente la vulnerabilidad carnal, la suave piel fácil de rasgar con roca, garra o hoja, sino también la vulnerabilidad de nuestra mente, la nostalgia que invade como un virus y paraliza nuestra máquina de maquinación, dejándonos suspendidos en un sentimiento pasado, una alegría caduca.
Somos vulnerables, es nuestra condición, así como aspiramos podemos expirar fácilmente. Mientras más vulnerable se sabe uno más disfruta uno de las trivialidades diarias. ¿Por qué sonríen tanto los viejos? Porque se saben no-eternos.
Hoy amanecí nostálgico:
Heute, meine Freunde, merke ich dass ich noch lebe.

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